“Las enfermedades de salud mental constituyen una epidemia silenciosa que ha afectado a las Américas mucho antes de COVID-19, con depresión y ansiedad como dos de las principales causas de discapacidad. La Región también tiene el segundo nivel más alto de consumo de alcohol en el mundo”.
La OMS alerta que la salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades.
Las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y las condiciones de vida de las personas. La salud mental es una parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de trastornos mentales. Por ello, su abordaje requiere de intervenciones conjuntas desde distintos sectores, a fin de promoverla y abordar su tratamiento.
La mala salud mental se asocia asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación y los mandatos de género, a la exclusión social, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las violaciones de los derechos humanos.
También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.
Datos y cifras a nivel global
• Los trastornos mentales, neurológicos y por el consumo de sustancias representan el 10% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales.
• Alrededor 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes es diagnosticado con un trastorno mental.
• La depresión es uno de los principales trastornos que afecta a la población mundial, siendo una de las causas más importantes de discapacidad.
• Una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos aproximadamente.
• Las personas con trastornos mentales graves mueren de 10 a 20 años antes que la población general
Inversión en salud Mental
A pesar de estas cifras, el gasto en servicios de salud mental en todo el mundo representa un 2.8% del gasto total destinado a la salud en general. En países de bajos ingresos el presupuesto asignado a salud mental representa el 0,5% del presupuesto general de salud, mientras que en los países de altos ingresos este porcentaje asciende a 5.1%. Es decir que en los países de ingresos bajos el gasto en salud mental es de menos de 1 dólar per cápita, frente a los 80 dólares per cápita en países de ingresos altos.
La Organización Mundial de la Salud, recomienda que el porcentaje de gastos asignados los servicios de salud mental deban ser proporcionales al porcentaje de carga atribuible a estas condiciones.
En la Región de las Américas, el gasto en los servicios de salud mental ronda entre el 0,2% y el 8,6%, mientras que el gasto promedio es del 2,0% a pesar de que el 19% del total de años de vida ajustados en función por la discapacidad (AVAD) se asocia con trastornos mentales, neurológicos, por el uso de sustancias y el suicidio.
Cabe destacar además que en la Región, el 60% del presupuesto asignado a salud mental es destinado a hospitales psiquiátricos en lugar de servicios de basados en la comunidad.
OMS – Organización Mundial De La Salud.
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